Reconocimiento precoz de los eventos vasculares cerebrales (“derrames”)

Según el Análisis de la Situación de Salud del año 2014, en nuestro país se producen anualmente cerca de 1.300 muertes por enfermedades cerebrovasculares, y estas tienden a incrementarse de forma importante a partir de los 40 años. Lo más preocupante es que la tendencia continúa en ascenso.

El personal de salud (médicos, paramédicos, enfermeras, asistentes de pacientes, entre otros), durante su formación universitaria, se capacita para lograr reconocer rápidamente a estos pacientes. Sin embargo, la gran mayoría de emergencias suceden lejos de las salas de guardia, lejos de los médicos, enfermeras y paramédicos. Suceden en nuestros hogares y comunidades, el ciudadano común suele ser el primer testigo y, por ende, la primera persona que podría reconocer tempranamente un evento vascular cerebral (EVC) o “derrame”, activando así prontamente los servicios de Emergencias. Estos primeros minutos posteriores a un evento (3 horas posteriores al EVC) son los más importantes, y el pronóstico de estas personas va a depender de las medidas y decisiones que se tomen inicialmente.

Aquí le explicamos tres pruebas clave a realizar cuando se sospecha que una persona está sufriendo de un EVC, según la Escala Prehospitalaria de Cincinnati. Pero antes, ¿qué son los “derrames”?

Los eventos vasculares cerebrales (EVC), popularmente conocidos como “derrames”, son una manifestación común y multifactorial, secundarios a un corto del flujo sanguíneo cerebral.

Existen dos tipos de EVC:

  • El primer grupo, y por suerte, menos frecuente, es cuando existe un sangrado a nivel cerebral y/o en las estructuras vecinas, comprometiendo la llegada de sangre oxigenada a las células cerebrales (neuronas).
  • El otro gran grupo, son las isquemias, las cuales se deben a un corte del flujo sanguíneo cerebral, que conduce a la pérdida de las funciones cerebrales.

Al faltar oxígeno, independientemente de su mecanismo patológico, las neuronas tienden a funcionar mal y comienzan a morir; los síntomas y signos que presente el paciente dependerán del área cerebral afectada.

Escala Prehospitalaria de Cincinnati

Al valorar un paciente que está consciente y en el cual estamos considerando como diagnóstico diferencial un EVC, debemos realizar al menos 3 pruebas clave:

  • Valorar el habla
  • El movimiento facial
  • El movimiento de los brazos

Si cualquiera de los 3 es anormal, es posible que el paciente esté sufriendo un EVC.

  • Habla: Pedirle al paciente que repita una frase simple. Si este la repite correctamente, sabremos que el paciente comprendió y emitió el habla.
  • Movimiento facial: Pídale que sonría y enseñe los dientes. Observe si hay simetría en los movimientos a ambos lados de la cara. Pídale que haga “muecas”, obsérvelo mientras conversan.
    • Si solo un lado se mueve bien, es decir, existe asimetría, sabrá que algo está mal con el control de los músculos del otro lado.
  • Movimiento de los brazos: Pídale que extienda los miembros superiores frente a su cuerpo, con las palmas hacia arriba, con los ojos cerrados y sin moverse. Observe durante unos 10 segundos las manos del paciente.
    • Si ve que un lado cae hacia el suelo, sabrá que existe debilidad en esa extremidad.
    • Si ambos brazos se mantienen en esa posición, sabrá que ambos lados del cerebro funcionan adecuadamente.

Según Kothari, R. et al, si 1 de estos 3 signos es anormal, la probabilidad de un “derrame” es de 72%.

Internacionalmente, se hacen esfuerzos multidisciplinarios para brindar las herramientas diagnósticas para que la población general realice este primer screening en quien se sospeche esté sufriendo un “derrame”. Es de vital importancia que ante alguna señal de EVC, se contacte inmediatamente al servicio de emergencias para agilizar su diagnóstico y tratamiento, disminuyendo las complicaciones y/o pronóstico del paciente.

Usted puede ser parte del cambio reconociendo los EVC, mejorando la supervivencia y secuelas en las personas que lo sufren.

Fuentes:

  • Kothari, R. et al. Soporte Cardiovascular Avanzado Acad Emerg Med. 1997; 4:986-990
  • Zukerman, J. et al. Emergencias Neurológicas. Ed. Polack, A. Los cuidados de urgencias y el transporte de los enfermos y heridos. Novena edición. México. Jones and Bartlett Publisher; 2011. Capítulo 13. Página 448.
  • Análisis de la Situación de Salud. Ministerio de Salud. Costa Rica. 2014. 117-118.

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